Discurso
Secretario de Estado, Michael R. Pompeo
Kingston, Jamaica
22 de enero de 2020
SECRETARIO POMPEO: Buenas tardes a todos. Estaba de pie allí atrás; escuché un “amén”. ¿Qué mejor manera de ser bienvenido al escenario? (Risas.)
Gracias, Sra. Ministra de Relaciones Exteriores, por esa amable presentación. Estoy encantado de estar aquí. Es mi primer viaje aquí como Secretario de Estado; mi noveno viaje a la región. Y estoy encantado de que Estados Unidos y la región se hayan unido de esta manera importante.
Quiero reconocer hoy el mérito de varios amigos que están aquí hoy con nosotros: el Primer Ministro de Jamaica, Andrew Holness; los ministros de relaciones exteriores de Bahamas, República Dominicana, Haití, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía; y también quiero saludar a Ann-Dawn Young de AmCham Jamaica y Keith Duncan de la Organización del Sector Privado de Jamaica. Han sido muy amables al organizar hoy aquí este evento. Les doy las gracias por ello.
La hospitalidad que he experimentado aquí ha sido excepcional. Ahora he sido invitado, y mi esposa Susan también lo sabe, así que volveremos a estar aquí. Volveremos algún día y tendremos la oportunidad de ver las Montañas Azules y las playas, probablemente después de estar volando por todo el mundo con tanta frecuencia. (Risas.)
Tenía muchas ganas de venir aquí. He estado pensando en esta visita a ustedes. Me sorprendió en preparación para mi viaje las palabras de Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, es lo que dijo cuando me visitó la semana pasada en Washington.
Dijo que: “Latinoamérica y el Caribe ya no están fuera de la vista de Estados Unidos”.
Me pareció que algo extraño que dijera eso, dado que somos vecinos muy cercanos. Y sin embargo, creo que probablemente tenía razón. Creo que durante demasiado tiempo Estados Unidos se centraba en el Caribe solo cuando ocurrían desastres naturales. Demasiados funcionarios estadounidenses vinieron aquí para hablar sobre ayuda, y solamente sobre ayuda.
Hoy no voy a dar ese discurso. Creo que los Estados Unidos y las naciones del Caribe hacen mucho más juntas, pueden hacer mucho más juntas y, lo que es más importante, deberían hacer mucho más juntas. Como señala el primer ministro, somos aliados y socios naturales. Ahora es el momento de avanzar con vínculos aún más estrechos. Hay tanta oportunidad.
Ese es el tema de mi discurso de hoy, y luego responderé algunas preguntas de Allison. Lo estoy deseando.
Miren, comencemos con la geografía. La geografía importa. Lleva la mitad de tiempo volar de Miami a Kingston que de Miami a Nueva York. Siempre hemos estado así de cerca físicamente. Pero los nuevos desafíos a nuestra soberanía y seguridad exigen que nos acerquemos aún más hoy.
Acabo de estar en Bogotá en la tercera cumbre antiterrorista de nuestro hemisferio. Las naciones de toda la región están despertando a las mismas amenazas compartidas, y no son escasas.
Los combatientes de ISIS… Los combatientes de ISIS han venido de Trinidad y Tobago. Hezbolá tiene tentáculos en toda Sudamérica. Las FARC y el ELN se refugian hoy en Venezuela. La crisis provocada por Maduro en Venezuela ha dado lugar a una crisis migratoria sin precedentes. Casi 5 millones de venezolanos han huido de su tiranía. Cuba y Rusia continúan entrometiéndose en los asuntos soberanos de las naciones, mientras intentan desestabilizar a las democracias. Y, por supuesto, están los cárteles de la droga con los que nos enfrentamos, y la trata de personas, el tráfico de armas y el delito cibernético que viene con ellos.
Esto es muy diferente a los tiempos de la Guerra Fría. Yo era un joven teniente en aquellos días, y los desafíos y las amenazas que enfrento hoy y que enfrentamos juntos son muy diferentes. Los malos son más sofisticados y más despiadados. Y nuestras naciones tienen la obligación, por lo tanto, para con nuestra propia gente, de trabajar en el interés de nuestra seguridad compartida mucho más estrechamente.
Eso es lo que ya estamos haciendo en la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe, ahora en su décimo año, una década después. Estamos teniendo un éxito increíble incautando cargamentos de drogas. Estamos ayudando a los niños a mantenerse alejados del crimen. Y estamos listos, Estados Unidos está listo para seguir haciendo esas cosas buenas en colaboración con los países de la región.
Sigamos avanzando en esos lazos más estrechos.
También está… y vemos esto claramente cuando el Presidente Trump piensa en Estados Unidos, existe un imperativo económico para el acercamiento. Durante mucho tiempo hemos estado unidos por el comercio. La canciller habló de que Estados Unidos es el mayor socio comercial de la región. Solo un ejemplo, el asfalto de Trinidad y Tobago constituye el pavimento de la Avenida Pennsylvania que conecta la Casa Blanca y el Capitolio de los Estados Unidos.
Pero nuestros lazos económicos no están definidos por la ayuda del gobierno o las remesas de los miembros de sus comunidades que han venido a los Estados Unidos. Queremos construir economías económicamente sostenibles, y es posible.
Ese éxito comienza con una buena política, una buena política. Todos conocen la respuesta: respeto por el estado de derecho, los derechos de propiedad, una cultura empresarial que sea favorable para los emprendedores y los tomadores de riesgos. Sabemos que están trabajando en todas estas cosas, y nos complace ayudarlos. Queremos lo mejor para su gente.
Los fuertes lazos económicos también son importantes de otra manera crucial. Hablé sobre esto en un discurso que pronuncié en California la semana pasada. Son estas ideas, este imperativo es tan cierto para Santa Lucía como lo es para Silicon Valley, donde pronuncié esas palabras.
Es tentador aceptar dinero fácil de lugares como China. Pero, ¿de qué sirve si alimenta la corrupción y socava su estado de derecho? ¿De qué sirven esas inversiones si de hecho arruinan su entorno y no crean empleos para su gente?
Hay una alternativa mejor. Todos lo sabemos y todos podemos lograrlo juntos. Las empresas occidentales, las empresas estadounidenses operan de acuerdo con valores probados para producir buenas ofertas y trabajo de calidad, el trabajo que hacemos en las democracias, cosas como contratos transparentes, el respeto al estado de derecho, prácticas de contabilidad honestas y directas. Es por eso que estoy orgulloso de ser el Secretario de Estado de los Estados Unidos y abogar por las compañías estadounidenses que quieran participar e invertir en lugares como Jamaica y la región.
Miren, algunos de esos grandes negocios están representados aquí hoy. Reflejan nuestro sincero deseo de una sociedad en prosperidad. Podemos hacer crecer todas nuestras naciones juntas. Es por eso que hemos lanzado lo que ahora llamamos la iniciativa América Crece.
Jamaica fue miembro fundador durante el inicio de diciembre en Washington, y esperamos incluir más países. Queremos ayudar a cada uno de sus países a catalizar la inversión privada en infraestructura.
Hemos creado una nueva Corporación Financiera de Desarrollo que trabaja dentro de nuestro Departamento de Estado. Puede ayudar a su sector privado a mantenerse por sí mismo. Solo un ejemplo. Esperamos trabajar con Haití para identificar cómo el financiamiento de DFC puede ayudar a su economía.
También es cierto que nuestros valores también están ganando fuerza en el sector energético, donde estamos ampliando la colaboración. Eso es importante. Reduce los costos para los consumidores y para las empresas. PetroCaribe se está desvaneciendo en la puesta del sol, como lo hará el propio régimen de Maduro.
Estamos avanzando hacia lazos más estrechos.
Eso me lleva a otra razón por la que es hora de una relación más profunda: la centralidad de nuestros principios democráticos, la forma en que pensamos sobre la vida humana.
Está claro que este hemisferio se está moviendo hacia la libertad, más de lo que hemos visto antes, desde Brasil hasta lo que sucedió en los últimos meses en Bolivia. La gente exige democracia y libertad.
Lo vemos más claramente en cómo las naciones de la región han reaccionado a la crisis venezolana. Solo los dictadores de Venezuela, Cuba y Nicaragua piensan que las personas deberían vivir bajo un puño autoritario, en una economía fallida, donde los beneficios van solo para la élite corrupta.
Sé que muchas naciones del Caribe, como Santa Lucía y Curazao, han acogido a personas que han huido del autoritarismo de Maduro. Por cada nación que ha acogido a estas personas que están bajo un desafío tan profundo, gracias.
Estuve con el Presidente Guaidó el lunes en Colombia. Hablamos sobre cuánto apoyo ha recibido de este hemisferio. Quería agradecerles a todos ustedes en esta sala hoy.
Efectivamente estamos avanzando hacia lazos más estrechos.
Miren, no les pediremos a ninguno de ustedes que asuman estos desafíos solos. El gobierno de Trump está orientado a la acción. La discusión interminable y las promesas vacías no protegerán nuestra seguridad, nuestras economías y nuestras libertades. Creo que los ministros de Asuntos Exteriores que se reunieron conmigo hoy pueden ver que somos bastante directos.
Por lo tanto, el Presidente Trump se encargó él mismo de acoger a cinco líderes para un diálogo importante el año pasado en Mar-a-Lago.
Justo aquí en Jamaica, hemos ampliado nuestra colaboración en ciberseguridad. Queda mucho más trabajo por hacer juntos.
Y esta mañana, el primer ministro y yo estuvimos de acuerdo en la importancia de hacerlo bien. Estamos avanzando con la estrategia El Caribe 2020 que lanzamos en 2017.
Justo el año pasado, justo el año pasado un buque hospital de la Marina de los EE.UU., el Comfort, visitó siete naciones del Caribe para brindar atención a las comunidades locales, incluidas las saturadas con refugiados venezolanos.
Los Estados Unidos y 18 países de la región formaron la Asociación de Resiliencia, para que podamos responder incluso antes de que llegue la tormenta.
Estados Unidos también ha ayudado a rescatar a 400 bahameños de los estragos del huracán Dorian, además de proporcionar unos 34 millones en ayuda humanitaria.
Mi fe, mi fe me enseña que no hay nada más noble que ayudar al prójimo. Estados Unidos también cree en eso.
Terminaré rápidamente para que podamos tomar algunas preguntas. Sé que la gente de esta región es capaz de grandes cosas. Todos ustedes también deben de creerlo. Sé que lo creen.
Quiero contarles sobre Tishon Thomas, quien creció en un orfanato en St. Kitts y Nevis. A los 13 años descubrió su pasión por la tecnología. Dijo: “Empecé por sacar ‘HTML for Dummies’ del estante”. Luego trabajó para algunas de las compañías más grandes de St. Kitts hasta que se dio cuenta de que podía ser su propio jefe.
La iniciativa de los Jóvenes Líderes de las Américas de los Estados Unidos lo ayudó a expandir su negocio de TI y a doblar su personal. Los grandes sueños de Thomas no son tan diferentes de los de otro huérfano de St. Kitts y Nevis: Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores estadounidenses.
Estados Unidos es sinónimo de asociación. Somos amigos naturales. Somos aliados naturales juntos. ¿Qué mejor momento hay para avanzar hacia vínculos más estrechos?
Que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. Que Dios bendiga a Jamaica. Y que Dios bendiga a todos nuestros hermanos y hermanas caribeños.
Gracias, y espero con interés algunas preguntas y una buena conversación hoy. Muchas gracias a todos. (Aplausos.)
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Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.