Palabras del señor Patrick Dunn
Encargado de Negocios, a.i de la Embajada de los Estados Unidos
Durante la celebración del 241º Aniversario de la Independencia de los Estados Unidos de América
6 de julio, 2017
Damas y Caballeros,
En nombre de la Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo, bienvenidos a la celebración del 241 del Día de la Independencia. Estamos complacidos que puedan estar con nosotros esta noche.
Las celebraciones del Día de la Independencia en los Estados Unidos los cuatro de julio suelen mostrar familias y amigos reunidos en los parques y centros de la ciudad, disfrutando los desfiles, las exhibiciones de fuegos artificiales, y compartiendo platos caseros. Los Estados Unidos de América es conocido como un crisol de culturas. Esta noche, compartimos con todos ustedes, nuestros amigos aquí en la República Dominicana, una de nuestras tradiciones emblemáticas, la de la barbacoa y el picnic familiar.
Esta noche, podremos degustar una deliciosa barbacoa (BBQ) preparada por cuatro integrantes de la Sociedad de Barbacoa de Carolina del Norte que están aquí con nosotros. Les pido un gran aplauso para Jim, Clay, Alan y Ben.
A la par que disfrutamos el compartir juntos y el espectáculo de fuegos artificiales, recordemos que el Día de la Independencia en los Estados Unidos no siempre ha sido sobre comer pastel de manzana y helado. Hay una larga historia de personas, desde el nacimiento de nuestra nación con la Declaración de Independencia, hasta el presente, usando este día y su simbolismo para abogar por mejorar las condiciones sociales, políticas y económicas en los Estados Unidos.
Es en esta práctica que la democracia es sostenida y se logra el progreso. Disfrutamos de la libertad de pasar tiempo en nuestros espacios públicos de manera segura junto a nuestros seres queridos. También gozamos de libertad para denunciar condiciones injustas y exigimos una mejor rendición de cuentas de nuestro propio gobierno.
Mientras que ambas acciones pueden parecer disimiles, están en perfecta armonía. El celebrar los cimientos que sentaron la base para la creación de nuestra nación, junto a nuestros amigos y familiares, representa un buen momento para reflexionar sobre nuestra continua búsqueda de la vida, la libertad y la felicidad.
Para Meltem y yo, el día de hoy también marca la última celebración del Día de la Independencia en la República Dominicana. Es difícil creer que, después de tres maravillosos años, ya nos estamos preparando para regresar a Washington. Pero, ¡qué fantásticos han sido estos tres años! Durante este tiempo, hemos enfocado nuestros esfuerzos junto a nuestro equipo de la Embajada en varias áreas tales como el apoyo hacia el fortalecimiento de la seguridad ciudadana contribuyendo 20 millones de dólares para varios programas y al establecimiento del sistema 911 de la República Dominicana.
Además se han destinado cientos de millones de dólares en asistencia para el desarrollo de programas para la juventud, la educación y la preservación del medio ambiente. De igual manera, se han proporcionado atención médica a miles de pacientes de escasos recursos a través de nuestras misiones médicas militares en la República Dominicana. Los Estados Unidos han apoyado a la República Dominicana en operativos conjuntos para la incautación de miles de kilos de narcóticos; y continuamos apoyando los esfuerzos conjuntos para investigar y perseguir la corrupción y el lavado de activos.
Logramos un nuevo tratado de extradición por primera vez en 100 años para luchar juntos contra el crimen organizado transnacional. El comercio bilateral ha aumentado en estos años, las exportaciones agrícolas dominicanas hacia los Estados Unidos han incrementado significativamente y el turismo alcanza nuevos récords cada año.
Finalmente, como una nota personal, mi esposa y yo hemos visto mucho de su bello país, y hemos conocido mucha de su gente cálida y generosa. Aunque partimos de la República Dominicana, nos llevamos una pequeña parte de ella en nuestros corazones.
En nombre de la Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo, gracias de nuevo por estar aquí esta noche con nosotros, en nuestro hogar lejos de casa.
Ahora tengo el agrado de invitar al Honorable Ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas Maldonado, a subir a la tarima para dirigirse a todos ustedes.