La lucha contra la esclavitud moderna y la trata de personas

Por: James W. Brewster, Embajador de los Estados Unidos en República Dominicana

Hoy día, aunque parece imposible de creer, millones de personas viven en esclavitud.  La simple y triste verdad es que aún en estos tiempos modernos hay niños que son obligados  a participar en conflictos armados o son vendidos a burdeles por sus familias de escasos recursos.  Hombres y mujeres trabajan por poca o ninguna paga, y son amenazados y golpeados si tratan de escapar. Las mujeres y las niñas se ven obligadas a ejercer la prostitución.  La esclavitud  desgarra nuestro tejido social, fomenta la violencia y el crimen organizado, y degrada nuestra humanidad.  Aprovecho esta oportunidad para renovar el compromiso de la Embajada de Estados Unidos con la República Dominicana de trabajar juntos contra este flagelo en todas sus formas.

La esclavitud moderna es una tragedia mundial y, al igual que el tráfico de narcóticos, combatirla requiere de una amplia cooperación internacional. Los Estados Unidos continúan arrojando luz  en los rincones oscuros donde aún persiste. Imponemos sanciones a sus peores abusadores, trabajamos con los países para que cumplan con sus obligaciones, y nos aliamos a grupos que ayudan a las víctimas de la trata a escapar de las garras de sus abusadores.  Estamos trabajando con otras naciones en sus esfuerzos por luchar contra este abuso, y estamos viendo más países aprobar leyes contra este problema.  Estamos vigilantes de nuestras fronteras, conscientes de que este terrible crimen puede ocurrir en cualquier país, incluyendo el nuestro.

En octubre pasado, empezamos a trabajar con el Gobierno de la República Dominicana para presentar el largometraje “8 DIAS”.  La película  ha recibido críticas positivas como “una representación poderosa y precisa del delito de trata con fines sexuales y sus víctimas”. Este film se proyectó como la culminación de las actividades que habíamos realizado para promover la seguridad ciudadana, el fortalecimiento institucional, y la gobernabilidad democrática. Nos reunimos con los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y las organizaciones de la sociedad civil.  Como nosotros, ellos fueron profundamente impactados al entender que estos crímenes siguen ocurriendo y expresaron su compromiso de cooperar para terminar con ellos.

Es importante destacar que no todos los esclavos son objetos de la trata, pero todas las personas objetos de la trata son víctimas de la esclavitud.  La vulnerabilidad de la trata de personas es de largo alcance. Los traficantes a menudo se aprovechan de las poblaciones más vulnerables como los inmigrantes indocumentados, los jóvenes que viven en las calles o no tienen hogar; las víctimas de traumas y abusos; los refugiados y las personas que huyen de conflictos; y los grupos empobrecidos. Las mujeres y las niñas representan la mayoría de las víctimas.

Debemos desarrollar economías que creen puestos de trabajo legítimos, y poner de nuestra parte para construir un sentido global de la justicia. Podemos y debemos luchar contra la trata de personas dondequiera que exista. Vamos a despojar de todos sus recursos y refugios a quienes se dedican a esta práctica. Juntos, podremos finalmente restaurar a todas las personas sus  derechos de libertad, dignidad y justicia.