“Buscando el Crecimiento Económico para un Futuro Sostenible”, Discurso ante la Cámara Americana de Comercio

Buenas tardes,

Antes que nada me complace anunciar, aunque ya muchos de ustedes lo deben saber, que el Embajador James Wally Brewster llegó ayer al país y está deseoso de asumir sus responsabilidades oficiales tan pronto presente sus credenciales ante el Presidente Medina.

Como mucho de ustedes saben mañana es el Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos, y nosotros estaremos dando gracias por todas las cosas buenas en nuestras vidas. Daremos gracias por nuestras familias, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestros hogares y nuestros negocios.  Y con ese espíritu quiero agradecerles que me hayan invitado hoy aquí para compartir con ustedes unas palabras, como normalmente hacemos en esta época del año.  En el Día de Acción de Gracias también honramos a los Peregrinos, quienes llegaron a nuestro país en busca de libertad religiosa, y a los indios Wampanoag de Massachusetts, quienes los ayudaron durante ese primer terrible invierno en el nuevo mundo.

¡Feliz Día de Acción de Gracias!

A lo largo y ancho de este hemisferio, tenemos mucho que agradecer.  Los lazos comerciales y culturales que nos unen continúan creciendo y fortaleciéndose, así como nuestras creencias en las instituciones, en el Estado de Derecho, en los derechos humanos, y en la democracia.  Las Américas es una región que se ha tornado más democrática, más prospera y, hoy más que nunca, está interconectada e integrada a nivel político, económico y cultural.  Esto es especialmente cierto en cuanto a la relación que existe entre los Estados Unidos y la República Dominicana.  Los Estados Unidos es  el principal mercado para las exportaciones dominicanas, y ha sido la principal fuente de inversión extranjera directa en los últimos 20 años.  Desde la implementación del DR-CAFTA, el intercambio comercial bilateral entre nuestros dos países ha crecido un 16 por ciento.  Somos vecinos y amigos en todo el sentido de la palabra.  En la República Dominicana residen unos 200,000 estadounidenses, y unos 1.5 millones más viajan al país todos los años.  Asimismo, alrededor de 1.5 millones de dominicanos residen en los Estados Unidos.  Los lazos que nos unen son sólidos.

Cambio climático y el desarrollo económico sostenible

Aunque tenemos mucho que agradecer, también confrontamos importantes retos que juntos debemos enfrentar.  Uno de estos retos es el calentamiento global, y el reto que esto significa para el desarrollo económico sostenible.

Recientemente vi una película que me impactó mucho.  La película se titula “Chasing Ice”, y fue realizada por James Balog, reconocido fotógrafo de “National Geographic”.  La película refleja, de manera impactante, la realidad del cambio climático a nivel global.  Utilizando la fotografía de lapso de tiempo la película documenta la increíblemente rápida destrucción de los glaciales del Ártico.  En Groenlandia, Islandia y Alaska los glaciales han sufrido pocos cambios en miles de años.  Sin embargo, en tres años, hemos visto cómo los glaciales se están retirando de montañas que una vez estaban cubiertas de hielo, dejando en su lugar las rocas que una vez cubrían. Un glacial perdió su monumental altura, equivalente al tamaño del edificio Empire State.  Otro produjo en el mar un témpano del tamaño de la parte baja de la isla de Manhattan, en sólo un par de horas.  Para parafrasear la conclusión del cineasta Balog: “Inicié este proyecto porque quería darle a mis hijos (y a sus hijos) una respuesta cuando me preguntaran: ‘¿Y tú que hiciste sobre el cambio climático cuando éramos niños?’”  Tal vez todos deberíamos de hacernos esta pregunta. ¿Les dejaremos a nuestros hijos y nietos un planeta saludable, limpio y sostenible?

Ahora bien, es posible que algunos piensen aquí, en esta bella isla en el Caribe, ¿qué tenemos nosotros que ver los glaciales del Ártico con nosotros?  Pero sabemos que los glaciales que se están derritiendo tienen un impacto directo en el incremento en los niveles del mar.  Y que las naciones-islas como la República Dominicana, con sus playas espectaculares y su industria de turismo de clase mundial, son altamente vulnerables.  En la última década los niveles globales del mar han subido más de un 50 por ciento, en comparación con los niveles registrados en los últimos 100 años.  Asimismo, un reciente estudio realizado por el Banco Mundial reveló que en los próximos años Santo Domingo es la quinta ciudad más vulnerable ante el crecimiento de los niveles de los océanos.  Todos estamos consternados por las noticias sobre los devastadores resultados de las cada vez más frecuentes “súper tormentas”, como el Tifón Haiyan en las Filipinas y el Huracán Sandy, en los Estados Unidos.

Tenemos que hacer cambios ahora.  Nuestros modelos económicos deben cambiar.  Debemos reducir nuestra dependencia en los combustibles basados en carbón y transformar las matrices energéticas para que sean más limpias y renovables.  Entiendo que los Estados Unidos, con nuestra gigantesca economía y gran dependencia en los combustibles fósiles, debemos liderar estos cambios.  Sin embargo, todavía queda mucho por hacer.  Hemos hecho grandes avances.  Desde que el Presidente Obama asumió la presidencia, hemos duplicado la electricidad generada por el viento y el sol.  Para el año 2025 habremos duplicado el kilometraje de nuestros vehículos por galón de gasolina.  Hoy utilizamos más energía limpia, utilizando gas natural y otras fuentes renovables.  Gracias a estos cambios hoy gastamos menos energía que antes.  Nuestras emisiones de gas de efecto invernadero se han reducido a los niveles registrados hace 20 años, a pesar de que nuestra economía es un 60 por ciento más grande.  También estamos produciendo más gas natural limpio que cualquier otra nación en la Tierra.  Hemos aprendido de la experiencia vivida tras el Huracán Sandy, así como de otros desastres, que tenemos que construir edificaciones más inteligentes e infraestructuras más resistentes que puedan proteger nuestros hogares y empresas, y que puedan soportar más tormentas poderosas.  Esto significa la construcción de más rompeolas, barreras naturales, redes eléctricas más resistentes, sistemas de aguas más sólidos, y el reforzamiento de los suministros de combustibles.  Es por eso que el Presidente Obama introdujo un nuevo Plan Nacional de Acción Climática para introducir, como nunca antes, políticas nacionales más agresivas sobre el cambio climático.

¿Y la República Dominicana?

Aquí, en la República Dominicana, estamos expuestos a muchos peligros naturales, incluyendo huracanes, terremotos, inundaciones y derrumbes.  La República Dominicana está considerada como uno de los 10 países más vulnerables, a nivel mundial, en lo que se refiere a los efectos producidos por el cambio climático global.  Los crecientes niveles del mar, las temperaturas cada vez más calurosas, la reducción gradual en la calidad y cantidad del agua por la salinización de los acuíferos, y las frecuentes inundaciones son síntomas de los cambios climáticos globales que ya aquí se han empezado a sentir.  Otra  gran amenaza a las comunidades costeras y a la industria turística es la continua pérdida de los arrecifes,  mangles y humedales que protegen los 1,600 kilómetros de playa del país de las grandes marejadas. Virtualmente todos  los recursos marinos de la República Dominicana están en riesgo, y más del 70 por ciento de los arrecifes están muertos.

En el 2010 el Instituto Internacional de Recursos determinó que este país está perdiendo playas a un ritmo que, de manera directa, podría conllevar eventualmente a la pérdida de entre $52 a $100 millones de dólares en inversiones del sector privado en estructuras turísticas construidas en playas.  Esta situación no sólo pone en riesgo las vidas y los hogares de los residentes en Santo Domingo y en otras comunidades costeras del país, sino que también representa una importante amenaza para la industria turística.  Esto es particularmente importante debido a que la “calidad de las playas” dominicanas es una de las razones más citadas por los turistas sobre el por qué visitan el país.  En el 2012 el sector turismo fue uno de los sectores más dinámicos de la economía dominicana, representando casi un 10 por ciento del Producto Interno Bruto y reportando ingresos de $4.5 mil millones de dólares.  La industria turística generó más de 200,000 empleos.

Afortunadamente, el Presidente Medina y el sector privado han iniciado importantes iniciativas, y  la República Dominicana no está sola enfrentando estos grandes retos.  El Presidente está trabajando para diversificar el sector energético con el objetivo de reducir la dependencia del país en la importación del petróleo, y creemos que el DR-CAFTA puede jugar un importante papel en esto.  El Gobierno de la República Dominicana ha puesto en marcha un Plan Nacional de Desarrollo con el objetivo de diseñar e implementar el uso de tierra utilizando la gerencia integrada de riesgo, regulando el uso de la tierra, y fomentando el uso sostenible de los recursos naturales.  La estrategia también le da prioridad a la protección de las fuentes de agua y la protección de los recursos marinos costeros.

¿Y qué papel juega la Embajada en todo esto?

Promover el desarrollo sostenible es un objetivo importante de la política exterior del Gobierno de los Estados Unidos.  Permítanme darles varios ejemplos sobre dónde nos encontramos hoy en cuanto al trabajo conjunto que estamos realizando.

Bajo el programa de Energía Sostenible en el Caribe de la Sociedad de las Américas para la Energía y el Clima (ECPA, por sus siglas en inglés), los Estados Unidos está apoyando las interconexiones eléctricas en el Caribe.  Los países del Caribe confrontan unos de los precios más altos en el costo de energía eléctrica del mundo.  Esto es un terrible peso sobre el desarrollo.  Sin embargo, también ofrece atractivas opciones para la generación de energía limpia a través del viento y la luz solar.  En esto, la República Dominicana ha sido un verdadero líder, por ejemplo, desarrollando parques eólicos como Los Cocos y el Quilvio Cabrera, cerca de Barahona.

El costo de la electricidad en la República Dominicana es 2.5 más alto que el costo promedio a nivel mundial.  Uno de los grandes retos para la República Dominicana es el alto costo de la importación de los combustibles fósiles para la generación de electricidad. Afortunadamente, debido a su entrada en el DR-CAFTA, la República Dominicana puede aprovechar procesos menos burocráticos y expeditos para la importación de gas natural proveniente de los Estados Unidos, a diferencia de muchos otros países que no tienen acuerdos  de libre  comercio.  Mientras que la República Dominicana busca garantizar fuentes de gas natural más rentables y eficientes, y más limpias, el DR-CAFTA le ofrece al país grandes beneficios a mediano y largo plazos.  Este acceso a fuentes de energía, así como la ventajosa posición geográfica de la República Dominicana, y sus excelentes facilidades portuarias, cerca del Canal de Panamá y los ricos mercados de Europa y América del Norte, le darán una mayor ventaja competitiva en un mundo donde los costos de embarcación juegan un papel cada vez más importante.

La planificación del uso del suelo reduce el impacto negativo del cambio climático

Estamos trabajando con el Gobierno dominicano ofreciendo asistencia técnica y asesoría con el objetivo de incorporar la planificación a nivel climático.  El pasado mes celebramos la graduación de 100 profesionales en planificación municipal de un programa de certificación sobre el uso del suelo y la adaptación del cambio climático.  La Embajada, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), mantiene proyectos de agua y suelo con los gobiernos locales de Santo Domingo, Santiago, Provincia de Samaná, y Jarabacoa, entre otros.  Estuvimos trabajando con organizaciones no gubernamentales dominicanas para restaurar los arrecifes en Bayahibe y Sosúa, y muy pronto el programa se extenderá a Montecristi, Punta Rusia y Samaná.

El sector privado se ha tornado más activo en cuanto a las adaptaciones que se deben realizar en torno al cambio climático.  Muchos centros hoteleros exclusivos están introduciendo y trabajando con programas de reciclaje, mientras que  los puertos locales están haciendo abono de la basura.  Este país cuenta con una infraestructura y gerencia turísticas de clase mundial, y muchos empresarios están explorando las oportunidades que ofrece el ecoturismo.  Un buen ejemplo de alianzas entre los sectores público y privado son los clústeres de turismo que  la USAID ha estado desarrollando. Iniciado en el 2012, la meta de este programa piloto, valorado en $2.5 millones de dólares, es construir modelos sostenibles de un desarrollo turístico eco-sostenible.  A la fecha se han establecido 10 clústeres.  Juntos estamos creando coaliciones para trabajar juntos sobre temas medioambientales, como la protección de las zonas costeras y la restauración de playas.

El resultado final es que el reto que representa el calentamiento global requiere de una participación activa y de acciones concretas asumidas por todos los niveles del gobierno, la sociedad civil y, por ustedes, los representantes del sector privado.

 ¿Conclusión?

La semana pasada el Secretario de Estado Kerry pronunció un discurso en la Organización de Estados Americanos donde hizo énfasis en el cambio climático global y la necesidad de tomar acciones. Lo que se requiere es que cada una de nuestras naciones introduzca políticas fundamentales, y se aferre a la energía del futuro en vez de a la energía del pasado.  Estoy muy claro de que esta no es una fácil decisión para ninguno de nosotros.

Pero, créanme: El cambio climático es real.  Está ocurriendo.  Y si no adoptamos acciones significativas – como socios que somos – continuará amenazando no sólo nuestro medioambiente y nuestras comunidades, sino todas nuestras vidas.

El reto del cambio climático nos costará mucho más si no lo asumimos hoy, que la inversión que debemos hacer para prevenirlo.  Nuestras economías todavía tienen que reflejar los costos monetarios del hecho de no hacer nada, específicamente los devastadores efectos que tendrá sobre el turismo, las fuentes de alimentos, la  infraestructura y, claro está, el orden civil y la sociedad.

Así que las preguntas que todos nos debemos hacer son: ¿Tendremos la valentía de tomar decisiones difíciles, y la voluntad para cambiar?  ¿Les dejaremos a nuestros hijos y nietos un planeta saludable, limpio y sostenible?  Y – por fin – y a mi la mas importante: Podremos mirar a la cara a nuestros hijos y contestar la siguiente pregunta: ¿Qué hiciste – papá o mamá – para prevenir el cambio climático cuando yo estaba creciendo?”

Muchas gracias.